El paisaje exuberante de La Orotava se introduce, persistente, en el territorio urbano y nos sale al encuentro en un mapa de códigos superpuestos.
El Teide es una máquina del agua que ha sido históricamente canalizada a través del barranco que recorre La Orotava hasta el mar.
Una serie de ingenios hidráulicos permanecen como registros del ritual urbano del agua.
El abandono del solar ha verdeado en un tapiz tan frondoso que transmuta la idea de suelo pisable.
Se quiere recorrer el barranco con la mínima intervención, andando sobre las tuberías mediante una sencilla estrategia de adaptación e iluminación del paseo que permite redibujar esta huella.
Recuperar la antigua infraestructura de reparto de agua de riego, como explícito y visible depurador de aguas residuales.
Y ordenar un circuito de información y recreo seleccionando las plantas autóctonas frente a las invasoras para rehacer el espacio público sobre la alfombra hallada.
Tres acciones motivadas por tres encuentros que memoricen para todos este sugerente lugar.
PAISAJE DEL AGUA
El Barranco de Araujo discurre a través del casco histórico de
Se plantea un tratamiento de aguas grises, que, mediante un proceso natural basado en saltos de agua, decantación y un sistema de plantas macrófitas que filtran el agua de un modo natural, devolviéndola limpia a la red de riego. Anexo a estas infraestructuras se abren unos recorridos limpiando la vegetación invasora existente, substituyéndola por especies autóctonas. De esta manera aparece un nuevo ‘pulmón verde’ dentro de La Orotava, testigo de su cultura e historia reciente.
PAISAJE DEL AGUA / uem 5º curso arquitectura
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