jueves, 16 de julio de 2009

Artículo viviendas VPO

X bienal arquitectura. algunas menciones, finalistas y premiado

40 apartamentos tutelados para mayores en Benidorm. Javier García-Solera

PREMIO DE VIVIENDA DE PROTECCIÓN OFICIAL DE LA X BIENAL


El proyecto surge de dos concursos simultáneos para dos torres –ancianos y jóvenes- a ambos lados de la calle y dos espacios libres que rodeándolas darían forma a un parque completo abierto al uso ciudadano. Tras el fallo se nos adjudica tan sólo una de las dos partes que componen lo que nosotros habíamos proyectado como un todo común.
Si una continuidad horizontal de las viviendas logró, en otros proyectos, intensificar de forma natural, por correlación (como en la calle tradicional) la relación entre vecinos, en una construcción en altura son otros los recursos que se imponen para lograr una posibilidad mayor de convivencia que la que supone el mero hecho de ser partícipes de la misma comunidad de vecinos.
Con esa intención se exploran las variadas posibilidades de una construcción vertical ocupando planta de suelo, primera planta y alguna planta en altura, para usos comunes y estrechando vínculos de continuidad entre lo edificado y la zona verde que lo rodeará en un futuro inmediato.
Los usos se disponen de modo que todas las plantas comunes tengan grata utilización por su adecuación y por la relación con el medio que proponen. En la baja, hasta tres ámbitos de uso exterior se suman al programa interno; en planta primera, y como prolongación de la baja, se produce gran comunicación con la zona ajardinada y el talud que separa de la calle y ofrece abrigo al pié de la edificación; en planta tercera, junto a las zonas de juegos y convivencia ubicadas allí, una gran terraza permite ser apropiada para múltiples actividades definiendo un espacio que es balcón mirador y que gira en todas las orientaciones en busca de vistas lejanas y el mejor soleamiento en cada hora del día y en las diversas estaciones del año.
Se construye en hormigón visto todo aquello que aúna cerramiento y estructura y se trata el resto de fachada con elementos metálicos que dan forma a variados filtros al sol que acaban definiendo la identidad formal el conjunto.


















































84 VIVIENDAS DE PROTECCIÓN PÚBLICA EN LA MINA DEL MORRO Bilbao. Eduardo belzunce, Luís Diaz-Mauriño, Juan Gracía Millán
FINALISTA

El programa de necesidades inicial, propuesto para el concurso Europan 4, preveía la construcción de 356 viviendas en una superficie de 29.500 m2, que era la necesidad primordial. Esta dotación residencial se complementaba con 8.700 m2 de superficie comercial y 16.100 m2 de superficie de uso terciario, más 4.400 m2 de equipamiento social. Naturalmente, había que solucionar el viario, el aparcamiento y proveer en el solar de zonas verdes y espacios públicos exteriores.

El solar está situado en el borde del barrio de Sagarminaga —un conjunto heterogéneo de edificios de viviendas para las clases más populares—, levantado en los años 50 y 60 con gran densidad edificatoria y escasa calidad urbana. El terreno tenía una fuerte pendiente y antes había estado ocupado por una explotación minera, ya en desuso, que habían horadado el subsuelo con numerosas galerías. Desde el primer momento nos interesó el carácter fronterizo del lugar, una tierra de nadie entre el casco viejo y las afueras, entre el río Nervión y el monte, entre la naturaleza y la ciudad… El proyecto exploraba esa condición ambigua. Por tanto, una de las operaciones que se investigaron en el proyecto fue la manipulación de la densidad para atender a las diferentes condiciones que se iban haciendo presentes tras la indeterminación inicial del lugar, cuya naturaleza mestiza siempre se ha intentado conservar.

Para resolver las necesidades de lo próximo propusimos un cluster vecinal bastante introvertido, de baja altura, rodeado por un perímetro más alto que concentraba las superficies comerciales terciarias y de equipamiento, bien relacionadas con el barrio. El barrio existente, muy denso, se esponjaba mediante la preservación para uso público de dos grandes espacios abiertos, soleados y con vistas lejanas, y las superficies libres entre las torres se concibieron como miradores urbanos. En el corazón del cluster las edificaciones se levantan sobre un tapiz de espacios verdes, el viario se resuelve mediante un anillo interior mientras que los aparcamientos se concentran en los edificios perimetrales.

Además de atesorar esa indeterminación llena de potencialidad, el lugar podía convertirse en una fachada urbana hacia la entrada por autovía a Bilbao. Para enfrentar los requerimientos de lo lejano planteamos una nueva imagen para la zona mediante un peine de varias torres que ejercerían de filtro visual del entorno urbano que queda a sus espaldas, introduciendo las cualidades del orden y la repetición.

Tras modificar el planeamiento como resultado de ganar el concurso, se nos encargó la construcción de una de las parcelas resultantes, la parcela 4. El resto fueron encargadas a otros arquitectos y el resultado ha sido, obviamente, desigual.

Esta parcela es una de las dos que conforman el área central del conjunto. Se compone de seis piezas residenciales que se desparraman por la pendiente con aleatoriedad fluvial, sin subordinarse a alineaciones paralelas pero controladas por una geometría racional. Desarrollando la idea de largo-escalonado-quebrado, el trazado de los sólidos va dejando unos vacíos exteriores pulsantes, que se estrechan o ensanchan, de manera que aparece una escala intermedia de espacios comunes.

Los bloques tienen una tipología mixta entre la volumetría de las viviendas unifamiliares en hilera y el funcionamiento de un edificio de vivienda social con accesos por corredor. A cada vivienda se entra desde el exterior, con la independencia de lo individual, pero se apilan unas sobre otras, con la lógica de lo colectivo. La orientación de los edificios implicaba necesariamente que las galerías de acceso, a las que vierten vestíbulos, cocinas, tendederos y baños, se colocaran en la cara norte de los edificios mientras que en el lado sur, abierto al sol y las vistas, quedaran dormitorios y zonas de estar.

Las plantas se organizan mediante una sucesión de bandas de diferentes usos y características: galería exterior de acceso, cámara técnica, crujía de piezas de servicio y crujía de estancias. Las secciones se establecen como un apilamiento de estratos habitables separados por forjados continuos. La geometría quebrada y escalonada de los edificios origina un desplazamiento de las viviendas dentro de los estratos horizontales, de modo que existe continuidad vertical de las distintas bandas funcionales pero no de las viviendas, que deslizan horizontalmente unas sobre otras.

La construcción es bastante elemental. La condición deslizante en horizontal de las viviendas determinó que la estructura debía funcionar como un sistema de planos paralelos, único elemento geométrico que garantizaba la continuidad. De ahí que se utilizasen muros de carga de ladrillo, que soportan forjados unidireccionales de viguetas de hormigón. La baja altura de los bloques centrales suponía una pequeña transmisión de cargas al suelo, cuya entrega se solucionaría con cimentación superficial continua. Sin embargo, un estudio geotécnico muy conservador exigió la utilización de pilotaje de profundidad calculado exclusivamente en punta para evitar el estrato horadado por las galerías mineras. De ahí que los bloques, como si fueran”orugas”, hayan acabado desarrollando unas abundantes y larguísimas patas hasta posarse sobre la matriz de roca profunda, que son unos micropilotes de hasta de 30 m de profundidad y sólo 16 cm de diámetro. A veces nos gustaría que la tierra fuera transparente…






















































156 VIVIENDAS PARA JÓVENES EN RESIDENCIA TRANSITORIA EN PARLA, MADRID
. Mª José Pizarro y Oscar Rueda

FINALISTA



A mediados de 2005 el Ayuntamiento de Parla, en Madrid, con la colaboración de la Oficina de Concursos del COAM,
convoca un concurso novedoso en su planteamiento: 826 viviendas distribuidas en 6 parcelas de equipamiento público.
Son viviendas en alquiler para jóvenes, optimizando en 35 m2 útiles su superficie para dar cabida al mayor número de viviendas en el suelo disponible. Y además, adjudican el derecho de superficie a empresas privadas que costean el concurso, la construcción y la explotación de los alquileres, reduciendo la aportación del ayuntamiento a la gestión del suelo público y elección de adjudicatarios.

Nuestra propuesta fue una de las seis ganadoras y teníamos que incluir exactamente 156 viviendas, que eran las que nos correspondían en el Plan.
En el concurso, ya desde el propio lema “CONSTRUIR SITUACIONES”, partíamos de los postulados situacionistas de los años 50.
En sus textos nos enseñaron a entender la ciudad desde la experiencia individual. Quedaban atrás planteamientos exclusivamente funcionalistas; interesaban aspectos que fuesen más allá de parámetros dimensionales, jerarquías viarias, lleno-vacío y que atendiesen a parámetros topológicos, relacionares, fenomenológicos. El espacio de la ciudad adquiere sentido con el uso que sus habitantes hacen de él, de la multiplicidad de relaciones que en él se puedan dar (Fig. 1): experimentar la ciudad como un territorio donde “construir situaciones”. Frente a un paisaje periférico degradado (Fig. 2), devorado por las infraestructuras, nos gustaría entender nuestra propuesta de viviendas para jóvenes como una reapropiación lúdica del espacio urbano. El propio plano de situación, recuerdo de los mapas psicogeográficos de Guy Debord (Fig. 3), muestra el emplazamiento como parte de la red de espacios públicos del municipio. Planteamos liberar el plano del suelo al máximo con una nueva topografía que alberga los equipamientos (Fig. 4), para crear un campo de actividades lúdicas que pueden variar en función del sujeto y del momento del día y las estaciones.
Sobre esta superficie activa, enganchada al tejido urbano circundante, las viviendas se organizan en cuatro
torres con la máxima compacidad (Fig. 5).
Un espacio central en cada torre, iluminado y ventilado cenitalmente, permite establecer relaciones entre los usuarios en sentido vertical y horizontal, y garantiza la ventilación cruzada en todas las viviendas.
Frente al programa estándar Salón-Dormitorio-Cocina, planteamos un espacio configurable (Fig. 6), una estancia sin nombre, para permitir un uso polivalente.
Todas las piezas se organizan en torno a este espacio que puede incorporarse al resto de las estancias para ampliar su dimensión, o funcionar independiente. La única parte fija son los cuartos húmedos, sobre los que pivotan salones y dormitorios, introduciendo cierta aleatoriedad en la composición de la fachada. Un cerramiento de lamas de aluminio anodizado de 18 cm. de anchura envuelve la fachada (Fig. 7), vistiendo la edificación, y logrando una imagen contemporánea en el marco de un limitado presupuesto que no superó los 700 euros por metro cuadrado sobre rasante.

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